EL NUEVO PROCESO DE CATEQUESIS, LOS NIÑOS SIGUEN UN PROCESO PERSONAL

PROCESO PERSONAL DE LOS NIÑOS


         Cuando convocamos a los padres le decimos que su hijo/a inicia o continúa un proceso personal para hacerse cristiano/a.


         Es personal porque son ellos quienes recorren este proceso y no lo padres que con su ejemplo y vivencia de su fe siempre acompañan a sus hijos y deben estar dispuestos a colaborar con todo lo que la Iglesia les pida. (cf. Jesús Catalá Ibáñez, Carta Pastoral, renovar la catequesis de infancia, nº 37 y 38).


Es personal porque cada niño/a tiene progresivamente su propio ritmo  de crecimiento y maduración en las dimensiones fundamentales de la fe, que son: conocer, celebrar, vivir y orar. Por eso la catequesis no puede ser “uniforme” para todos por igual porque cada niño/a tiene diversos ritmos y situaciones vitales. Como así mismo la fe se concibe en la catequesis como un proceso por el que los candidatos dan su adhesión a Cristo de forma progresiva. (cf. Jesús Catalá Ibáñez, Carta Pastoral, renovar la catequesis de infancia, nº 27).


Es personal porque en este proceso los niños se agrupan según su maduración en la fe y no tanto por curso escolar o edad. De hecho las “distintas instituciones sociales y culturales (enseñanza, artes, aprendizaje de lenguas, deportes) suelen clasificar a sus alumnos según sus conocimientos y habilidades; y nadie se siente discriminado por ello”. (Jesús Catalá Ibáñez, Carta Pastoral, renovar la catequesis de infancia,  nº 35).


Es personal porque fe es un don o regalo que Dios da a cada uno personalmente y la respuesta de acoger ese don solo la pueda dar quien la ha recibido.


Resumiendo, es un proceso personal, porque los padres, los catequistas, y todos aquellos que transmiten la fe con su ejemplo y vida solo pueden crear un ambiente o posibilidades que ayuden a que estos niños respondan al don de la fe.


Málaga, 11 de Marzo, de 2012.


Delegado de Catequesis


Manuel Márquez Córdoba.