CAMBIAR RUIDO POR SILENCIO, OÍR POR ESCUCHAR
La Delegación de catequesis está recogiendo los cambios que se van dando cuando se cambia algo en la catequesis.
Hoy te propongo dos sencillas acciones para comenzar a cambiar el ruido por el silencio, el oír por escuchar; porque estas dos condiciones, silencio y escucha, son necesarias para ganar en capacidad de respuesta al Señor que siempre está hablando durante la catequesis.
La primera: acoge a los niños con un cartel con la palabra silencio
En la catequesis nos encontramos con niños/as que llegan habitualmente acelerados, poco habituados hacer silencio y a escucharse por dentro, con dificultad de prestar atención y escuchar al otro.
Por eso, el/la catequista al comenzar la sesión de catequesis, cuando los niños llegan a la sala, les pide por favor, con cariño y dulzura, que se sienten, y les muestra inmediatamente sonriendo un cartel que tiene escrito la palabra “silencio” y lo mantiene en alto hasta que todos hacen silencio.
La segunda: muestra el cartel cuando hay ruido que impida la atención
Durante toda la sesión de catequesis, cuando haya ruido que impida la atención, encarga a un miembro del grupo, que levante el cartel hasta que todos guarden silencio, recordando “que al Señor se le escucha mejor cuando hay silencio”.
Las dos acciones que he propuesto, en nuestra experiencia cotidiana, han originado algunos cambios, eso sí, lenta y progresivamente:
El primeroes que ellos mismos, en ocasiones, cuando se dan cuenta de que hay mucho ruido, cogen el cartel y lo mantienen en alto hasta que vuelve el silencio.
El segundo, es que están creciendo poco a poco en la capacidad de escucha, prestan más atención y se están esforzando cada día más en comprender todo lo que se dice durante la catequesis.
Aunque el verdadero cambio será completo cuando consigamos que los niños y niñas entienda que escuchar no es oír, sino estar atentos y dispuestos a acoger al Señor que nos habla durante la catequesis, haciendo vida las palabras delprofeta Samuel: <<`Habla, Señor, que tu siervo escucha´>> (1º Sa 3,9).
Y como todo cambio comienza por quien lo tiene que impulsar, te invito a comprobar por ti mismo/a, en tu vida personal, si es verdad que se puede hacer silencio; comprueba como el silencio ayuda a cultivar la capacidad de escucha y por consiguiente a fortalecer la capacidad de respuesta al Señor, que hoy te sigue hablando.
¡Inténtalo! ¡Cambia algo para que algo cambie! ¡Experiméntalo en tu grupo! Verás cómo poco a poco van entrando en el silencio y van creciendo en la capacidad de escucha y de respuesta al Señor.
Y no te olvides, si lo intentas ¡nos debes al menos un mensaje…! Comparte tu experiencia, con los pros y los contras de esta propuesta que te hacemos, todo lo que consideres conveniente con respecto a estos cambios.
Estamos en el siguiente enlace: http://catequesis.diocesismalaga.es/?q=blog/ay%C3%BAdanos-ayudarte
Málaga, 20 de marzo de 2017
Manuel Márquez Córdoba